miércoles, 28 de diciembre de 2011

CANCIÓN DE NAVIDAD, de Charles Dickens

 
  Para empezar, Marley estaba muerto. No había ninguna duda sobre ello. El certificado de su entierro fue firmado por el clérigo, por el escribano, por el 
empresario de pompas fúnebres y por el que preside el duelo. Scrooge lo firmó 
también, y cualquier cosa que en la bolsa tuviese su nombre debajo, era buena. 
Marley había muerto. Esto debe quedar claro, porque de lo contrario no puede 
resultar nada extraordinario de la historia que voy a contar. 
Scrooge nunca borró el nombre del viejo Marley. La firma era conocida como 
"Scrooge y Marley", unas veces le llamaban Scrooge y otras Marley, pero él 
contestaba a ambos nombres. Le daba igual. 
   Era tacaño el viejo Scrooge, duro y cortante como un pedernal; gruñón, reservado 
y solitario como una ostra. El frío que llevaba dentro helaba sus viejas 
facciones, mordía su nariz afilada, arrugaba sus mejillas, endurecía su forma de 
andar, enrojecía sus ojos, ponía azules sus labios delgados y salía al exterior 
en su voz ronca. 
   Una vez, el mejor día del año, es decir la víspera de Navidad, el viejo Scrooge 
estaba sentado, muy atareado en su despacho. El tiempo era crudo, frío y nevaba. 
Los relojes acababan de dar las tres, pero ya había oscurecido. La puerta del 
despacho de Scrooge estaba abierta para poder echar el ojo a su escribiente, que 
copiaba cartas más allá. Scrooge tenía un fuego raquítico, pero el del 
escribiente era un solo carbón. 
-¡Felices Navidades, tío! ¡Dios te guarde! -gritó una voz animada. 
Era el sobrino de Scrooge. 
- ¡Bah! -dijo Scrooge-. ¡Paparruchas! 



  Para leer "Canción de Navidad", hay que seguir el enlace:
http://www.acanomas.com/Libros-Clasicos/13510/Cancion-de-Navidad-(Charles-Dickens).htm

   Así comienza este famosísimo relato de Charles Dickens, uno de los mejores narradores de todos los tiempos.
  Para saber más del autor:
http://poesimistas.blogcindario.com/2007/09/00134-charles-dickens-biografia-breve.html

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