Para empezar, Marley estaba muerto. No había ninguna duda sobre ello. El certificado de su entierro fue firmado por el clérigo, por el escribano, por el
empresario de pompas fúnebres y por el que preside el duelo. Scrooge lo firmó
también, y cualquier cosa que en la bolsa tuviese su nombre debajo, era buena.
Marley había muerto. Esto debe quedar claro, porque de lo contrario no puede
Scrooge nunca borró el nombre del viejo Marley. La firma era conocida como
"Scrooge y Marley", unas veces le llamaban Scrooge y otras Marley, pero él
contestaba a ambos nombres. Le daba igual.
Era tacaño el viejo Scrooge, duro y cortante como un pedernal; gruñón, reservado
y solitario como una ostra. El frío que llevaba dentro helaba sus viejas
facciones, mordía su nariz afilada, arrugaba sus mejillas, endurecía su forma de
andar, enrojecía sus ojos, ponía azules sus labios delgados y salía al exterior
en su voz ronca.
estaba sentado, muy atareado en su despacho. El tiempo era crudo, frío y nevaba.
Los relojes acababan de dar las tres, pero ya había oscurecido. La puerta del
despacho de Scrooge estaba abierta para poder echar el ojo a su escribiente, que
copiaba cartas más allá. Scrooge tenía un fuego raquítico, pero el del
escribiente era un solo carbón.
Era el sobrino de Scrooge.
- ¡Bah! -dijo Scrooge-. ¡Paparruchas!
Para leer "Canción de Navidad", hay que seguir el enlace:
http://www.acanomas.com/Libros-Clasicos/13510/Cancion-de-Navidad-(Charles-Dickens).htm
Así comienza este famosísimo relato de Charles Dickens, uno de los mejores narradores de todos los tiempos.
Para saber más del autor:
http://poesimistas.blogcindario.com/2007/09/00134-charles-dickens-biografia-breve.html
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